12 de diciembre de 2024

Las relaciones internacionales en 2024: un mundo en crisis simultáneas

En 2024 el mundo parece haber girado más que de costumbre y parte de estos giros se deben a que los ciudadanos de al menos 70 países, en los que habitan unos 4.000 millones de personas, han ido a las urnas con la intención, en algunos casos fallida, de escoger a sus gobernantes.

Las elecciones han sido variopintas en sus mecánicas, en su legitimidad y, lógicamente, en sus resultados. Taiwán, los miembros de la Unión Europea, India, Irán, Reino Unido y Francia son solo algunos de los países de Europa, Asia o África que han tenido algún tipo de elección parlamentaria o presidencial este año.

De este lado del mundo, han acudido a las urnas las y los ciudadanos de El Salvador, Panamá, República Dominicana, México -en donde fue electa por primera vez una mujer como presidenta-, Venezuela, Estados Unidos y Uruguay.

Las elecciones presidenciales estadounidenses y las venezolanas, por supuesto, merecen comentarios aparte.

En Venezuela, en un proceso electoral que fue irregular, por decir lo menos, desde el inicio hasta el fin, fue declarado ganador el actual presidente Nicolás Maduro. Sin embargo, la legitimidad de esas elecciones ha sido puesta en duda dentro y fuera de ese país, incluso por parte de los mandatarios que, hasta hace poco, eran cercanos al régimen.

Las razones de la reelección casi inédita de Donald Trump en Estados Unidos siguen siendo un tema de debate. Algunas de ellas tienen un tono pesimista sobre la sociedad de ese país y sobre la capacidad de sus políticos de darle respuestas eficaces a las demandas de una buena parte de su población. Los efectos de este nuevo cuatrienio, que promete ser inenarrable, también generan desde ya incertidumbre dentro de Estados Unidos y alrededor del mundo.

La política por otros medios

Por múltiples razones que hemos analizado durante 2024 en este pódcast, la guerra entre Rusia y Ucrania y el conflicto armado entre Israel, Hamás, Hezbolá e Irán siguen ocupando la mayor parte del espacio que los medios de comunicación le dan a este trágico tema.

No obstante, estos no son los únicos enfrentamientos armados que han generado muerte y destrucción durante 2024. Unas muestras trágicas de ellos son las guerras civiles en Siria y en Yemen, o la de Tigray, entre el gobierno etíope y el Frente de Liberación Popular de esa región del país.

A pesar de tratarse de conflictos en principio internos, en la práctica terminan involucrando a otros actores intra y extrarregionales.

La política tormentosa

2024 fue también el año de la ocurrencia de múltiples desastres naturales, algunos de los cuales están claramente relacionados con el cambio climático. De este lado del mundo, un fenómeno del Niño inusualmente severo y prolongado, seguido por uno de la Niña que ya ha ocasionado numerosas consecuencias graves, así como huracanes devastadores, dentro de los que se destacaron Helene y Milton por su intensidad y los daños que causaron.

En Europa fueron también múltiples los desastres causados por la naturaleza, dentro de ellos la mortífera Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), que dejó más de 200 muertos en el sur de España.

2024 fue también el año de la celebración de dos conferencias de las partes o COP, las cumbres mundiales que definen las políticas más importantes sobre recuperación y conservación de la naturaleza.

De una parte, la COP16 de biodiversidad, que se celebró en la ciudad colombiana de Cali, culminó con un balance agridulce. Por un lado, según lo informa las Naciones Unidas, “se logró (…) el reconocimiento de las comunidades indígenas y afrodescendientes como protagonistas de la conservación de la biodiversidad”.

Dentro del lado positivo del balance de esta COP también está la creación del “fondo Cali” una bolsa común mundial en la que las empresas que utilicen la información de secuencias genéticas digitalizadas aportarán parte de sus ingresos para el beneficio de los pueblos indígenas y las comunidades locales.

Del lado negativo del balance, según la misma organización, quedaron pendientes temas fundamentales como la definición del modelo financiero con el que deberían conseguirse y administrarse los cerca de 700.000 millones de dólares necesarios para la implementación del plan de protección y recuperación de la biodiversidad.

Por otra parte, la COP29 de cambio climático, llevada a cabo en Bakú (Azerbaiyán) también tuvo un resultado mixto: los países ricos se comprometieron a aportar tan solo una tercera parte de lo que los países en desarrollo les habían solicitado para financiar las medidas que contribuyan a disminuir el calentamiento global, como la transición energética.

De otro lado, se logró un prometedor acuerdo sobre el comercio tanto bilateral como centralizado de emisiones de carbono, uno de los instrumentos fundamentales para cumplir el artículo 6 del Acuerdo de París, que establece la transferencia de créditos de carbono como un mecanismo para reducir las emisiones de este elemento, cuya reducción es fundamental para frenar el cambio climático.


Para entender los principales sucesos de 2024 e identificar las tendencias que pueden marcar el próximo año, en este episodio especial que realizamos en asocio con la Red Colombiana de Relaciones Internacionales, RedIntercol, nos acompañan: Carolina Cepeda Másmela, de la Pontificia Universidad Javeriana, Fabio Sanchez, de la Universidad Sergio Arboleda, y Rafael Piñeros, de la Universidad Externado de Colombia.

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