26 de abril de 2021

La política y las relaciones internacionales en la gran pantalla

El cine ha sido utilizado para la crítica, la reflexión y para la propaganda política, nacional e internacionalmente.


El lugar común “la realidad muchas veces supera la ficción” muy frecuentemente no les hace justicia a unos hechos que, efectivamente, parecen una película… y no necesariamente una buena.

El pasado 25 de abril se realizó presencialmente la nonagésima tercera ceremonia de entrega de los Premios Óscar. Esa noche, con toda la pompa y la espectacularidad propia de Hollywood, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas premió a las y los profesionales del cine que se destacaron durante 2020 por la calidad de su trabajo. Los Óscar son indudablemente los premios más importantes de la industria cinematográfica y, tal vez, del espectáculo y el entretenimiento.

La relación entre el cine, la política y las relaciones internacionales se formó prácticamente desde el origen de este arte, a finales del siglo XIX. Son muchas las películas que han tratado temas políticos y que, de manera seria o satírica, han reflexionado sobre los temas fundamentales del poder y las relaciones entre países.

Pero el cine no ha sido solamente un espacio de crítica política, sino que lo ha sido también de propaganda. Para nadie es un secreto que buena parte de la industria estadounidense, a la que identificamos con los estudios de Hollywood en California, se ha dedicado a promover los valores culturales, sociales y políticos de su país.

No hay que esforzarse mucho para encontrar una película producida en Estados Unidos en la que se muestre el heroísmo de sus boys –más recientemente también de sus girls– y la correspondiente maldad de sus enemigos de turno: los nazis, los comunistas, los narcotraficantes o los terroristas extranjeros.

Si bien Hollywood realiza esta propaganda frecuentemente sin mayor recato, también produce muchas películas aparentemente ajenas a los temas de la política nacional o internacional –vampiros, zombis, monstruos terrestres o extraterrestres– en las que refleja, de manera mucho más sutil, las emociones que imperan en determinado momento en la sociedad estadounidense.

Por supuesto, la utilización del cine como herramienta de propaganda no ha sido exclusiva de Estados Unidos. Recordemos, por ejemplo, el uso ad nauseam de las películas que mostraban la superioridad de la raza aria y resaltaban otros valores nazis durante la dictadura de ese partido en Alemania, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial.

Más recientemente, tenemos el ejemplo de la industria cinematográfica china, en la que no es muy difícil encontrar elementos que subrayan el heroísmo y el poder de su pueblo, el progreso que el partido comunista ha traído a su sociedad y las amenazas que se ciernen sobre ese país, la mayoría proveniente del exterior.

Así que, con motivo de los Óscar, en este episodio vamos a hablar de cine, política y relaciones internacionales.

Para ello nos acompañan tres profesores de la facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la universidad Externado de Colombia: Jaime Franco, Rafael Piñeros y Manuel Rayran.

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