9 de septiembre de 2024

China y Estados Unidos: la competencia estratégica del siglo XXI

Que la estructura del poder mundial cambie no es algo que suceda con frecuencia y, cuando ocurre, todos nos vemos afectados por ello. Desde hace ya varios años, China viene convirtiéndose no solo en uno de las potencias principales de Asia, sino que está llegando a prácticamente todas las regiones del planeta.

Y, como ha ocurrido varias veces en la historia, la potencia establecida -obviamente hablamos de Estados Unidos- ha decidido no quedarse de brazos cruzados frente al surgimiento de un actor que puede rivalizar con ella por el liderazgo mundial. 

A pesar de que durante más de tres décadas el comercio y la inversión habían funcionado de una manera mutuamente conveniente para China y Estados unidos, desde hace ya más de una década, esta relación empezó a ser cuestionada. 

El presidente Barack Obama fue quien primero tomó medidas que marcarían el camino por el que transitarían sus sucesores, Donald Trump y Joe Biden. Hablamos por supuesto del camino del proteccionismo económico bajo la forma, al menos en el discurso, de la guerra comercial. 

El gobierno de Estados Unidos ha venido tomando medidas que restringen o al menos encarecen significativamente las importaciones chinas y las ha acompañado de limitaciones, en algunos casos totales, a la exportación de tecnología hacia China. 

Se mezclan en esta política razones de tipo económico (el desequilibrio comercial en favor de China), de tipo militar (frenar el desarrollo de China de tecnologías que tienen una potencial aplicación militar), el geopolítico (la competencia por el liderazgo y la influencia en varias regiones del mundo) y el electoral (el nacionalismo nuclear de Make America Great Again).

A pesar de que el llamado decoupling ha sido el eje sobre el que ha girado la política de Estados Unidos hacia China, con la respuesta previsible de esta última, mucho va del dicho al hecho. Las dos economías siguen muy conectadas, hasta el punto de una verdadera interdependencia. 

América Latina y el Caribe no son ajenos a la competencia entre estas dos potencias. En los últimos años hemos visto como China se ha convertido en uno de los principales socios comerciales y de los mayores inversionistas de la mayoría de los países de la región, llegando a superar en algunos casos el volumen de negocios que estos tienen con Estados Unidos. 

Y estas relaciones económicas tienen, como es de esperarse, impacto sobre las relaciones políticas de los países latinoamericanos entre sí y con Estados Unidos. 

Para entender la naturaleza y el funcionamiento de las relaciones actuales entre China y Estados Unidos, el posible desarrollo que pueden tener y las consecuencias que la competencia entre estas dos potencias en diferentes regiones del mundo, incluida por supuesto América Latina, nos acompañan: desde Santiago de Chile, Jaime Hernán Baeza, de la universidad de Chile; desde Buenos Aires, Jorge Malena, del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales; y desde Bogotá, Tatiana Gélvez y Javier Garay, de la universidad Externado de Colombia.

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