19 de abril de 2024

Las crisis simultáneas de Ecuador

La violencia generada por el crimen organizado ha golpeado con una fuerza cataclísmica el que era hasta hace poco uno de los países más seguros del continente: Ecuador.

La oleada de violencia de enero de este año llevó al recientemente posesionado presidente Daniel Noboa a decir que su país se encuentra en un “conflicto armado interno” y a declarar el estado de guerra.

En enero de este año, tras la fuga de la cárcel de Riobamba de Fabricio Colón Pico, uno de los dirigentes de la organización criminal Los Lobos, se desencadenó una serie de acciones violentas en varias ciudades del país.

La ola criminal de enero golpeó especialmente Guayaquil. De hecho, Adolfo Macías, el líder de Los Choneros, otra de las principales bandas criminales de ese país, aprovecho el caos desatado en esos días para fugarse de una prisión de esa misma ciudad.

A pesar de la importancia de los dos líderes criminales fugados, el hecho que más llamó la atención durante el violento inicio del año fue el ingreso de un grupo de criminales armados a los estudios del canal TC de Guayaquil mientras se emitía un programa en vivo.

Las acciones criminales de enero se suman a otros graves problemas económicos y políticos que afectan Ecuador. Tal vez el más grave fue el decreto presidencial que activó en enero de 2023 la “muerte cruzada”. Esta es una medida prevista en la constitución, que consiste en la finalización anticipada del periodo presidencial y la disolución de la Asamblea Nacional, tras lo cual se debe convocar a elecciones.

Daniel Noboa es, precisamente, el ganador de estas elecciones anticipadas, por lo que no gobernará durante un periodo presidencial completo sino durante el año y medio que resta del actual.

Este presidente, de tan solo 36 años, es el heredero de una de las familias más ricas de ese país. Tras su llegada al poder, se encontró con una situación mucho más deteriorada de lo que previó durante su campaña, ante lo cual ha optado por una política de mano dura, muy mediática, que inevitablemente evoca la de su homólogo salvadoreño Nayib Bukele.

Si bien es cierto que las medidas tomadas por el presidente Noboa han producido resultados tempranos, han generado muchas críticas, especialmente por la militarización de la seguridad ciudadana.

Precisamente dentro de esta estrategia, que busca producir muy pronto resultados visibles, se inscriben los eventos que llevaron a una crisis diplomática inédita. El pasado 5 de abril, un grupo de policías ecuatorianos ingresó por la fuerza a la embajada de México en ese país, algo que infringe la inviolabilidad de las sedes diplomáticas prevista en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y el asilo diplomático, de la Convención de Caracas.

La respuesta del gobierno mexicano, como era de esperarse, fue contundente: retiró todo el personal de su embajada en Quito y anunció que llevaría el caso a la Corte Internacional de Justicia.

Para entender la situación actual de ecuador, el tipo de liderazgo del nuevo presidente, la verdadera dimensión de los retos que enfrenta y las razones y los efectos de la crisis diplomática con México, nos acompañan: desde Quito, Carolina Andrade Quevedo, secretaria general de Seguridad y Gobernabilidad de la Alcaldía Metropolitana de esa ciudad y Michel Leví, de la Universidad Andina Simón Bolívar; y desde Inglaterra, Raúl Salgado, profesor de Flacso Ecuador.