1 de octubre de 2021

Los alemanes eligen el consenso

El resultado de las elecciones en Alemania no permite a ningún partido formar Gobierno de manera individual. ¿Cuáles son las posibles coaliciones que están sobre la mesa y qué consecuencias podrían tener para ese país y el resto de la Unión Europea?

Miguel Martínez

Doctor en RRII. Experto en Teoría de las RR.II. y Unión Europea.

Profesor e Investigador de la Escuela de Relaciones Internacionales – FIGRI

@miguelmg2006 | miguel.martinezg@uexternado.edu.co


La pregunta que surge tras el resultado de las elecciones en Alemania es ¿cuánto tardarán en formar gobierno? La última vez que se presentó Angela Merkel y ganó, tardó seis meses en formar gobierno con el partido de la oposición, el SPD, y los liberales del FDP. En las primeras elecciones en 16 años que no se presenta Angela Merkel, el resultado ha sido que los alemanes quieren que sus políticos se pongan de acuerdo entre todos para gobernar.

La popularidad de la que goza Angela Merkel parecía que podía ayudar al candidato que le sustituía a obtener unos buenos resultados en las urnas, sin embargo, Armin Laschet, tras diversas meteduras de pata durante los últimos meses, no ha aprovechado dicha popularidad y ha perdido unas elecciones que llevaban 16 años ganando los conservadores de la CDU. De hecho, han perdido casi diez puntos porcentuales con respecto a las últimas elecciones en las que Merkel tuvo que hacer frente a sus tan poco populares medidas de abrir las fronteras a los refugiados sirios.

Por otra parte, el candidato socialdemócrata, Olaf Scholz —actual vicecanciller fruto de los acuerdos a los que llegaron tras las últimas elecciones conservadores y socialdemócratas— se alzó con la victoria en las elecciones, superando en cinco puntos porcentuales los anteriores resultados y por más de un punto y medio porcentual al partido conservador. Sin duda, su visibilidad en el gobierno de Angela Merkel y su carácter moderado han colaborado para que se produjera dicho resultado.

Aunque los grandes vencedores de estos comicios han sido, sin lugar a ninguna duda, los partidos intermedios, sin los cuales cualquier candidato de los dos anteriormente nombrados podrá gobernar. Me refiero al llamado partido de Los Verdes y a los liberales, encabezados por Annalena Baerbok y Christian Lindner sucesivamente. Ambos partidos han obtenido mejores resultados que en las anteriores elecciones, aunque la candidata de Los Verdes esperaba mucho más de los comicios del domingo pasado. Por otro lado, los dos extremos, la izquierda y el partido de ultraderecha, han sido los que han perdido votos y escaños con respecto a las elecciones anteriores. Esto último tiene que ver con que la crisis de la pandemia no se confunde con una crisis económica, y con que el tema de los inmigrantes se ha dejado en un segundo plano.

El problema es que, como decía anteriormente, se va a necesitar a ambos partidos para gobernar y estos dos partidos se han dedicado la mayor parte de la campaña a mostrar sus grandes diferencias, sobre todo en cuanto a las cuestiones medioambientales, la política social y a los impuestos. Tanto el co-líder de Los Verdes, Robert Habeck, como el líder de los liberales aspiran al muy prestigioso puesto de ministro de Economía, siendo evidente que solo uno podrá acceder al mismo. No cabe duda que va a ser muy complicado el proceso para poner de acuerdo a todos para encontrar una solución que salomónica que deje contentas a todas las partes.

Volviendo a los dos partidos mayoritarios, que por cierto no perdieron esa condición a pesar de todo lo que se rumoreaba de que dejarían de ser los partidos más votados, tampoco se sabe quién de los dos candidatos se va a animar primero a formar gobierno. Scholz cuenta, a priori, con el apoyo de Los Verdes, que ven más natural ponerse del lado de un candidato socialdemócrata. Por otro lado, el candidato preferible para los liberales es el conservador Laschet, siempre y cuando respete las líneas rojas que han puesto para negociar, como la no subida de impuestos y no más incremento de la deuda.

En política exterior es donde menos desacuerdos se producen, puesto que todos están de acuerdo en que Alemania debe seguir liderando el proyecto europeo. No se espera que hay grandes decisiones en el corto plazo, puesto que será Angela Merkel de manera interina quien gobernará hasta que se forme gobierno en Alemania. Lo que sí que parece claro es que los socialdemócratas europeos se sienten mucho mejor con la victoria de Scholz, puesto que desde hace mucho tiempo no tienen a un “colega” gobernando el país más influyente en Europa. La pregunta es si, en caso de que Scholz sea el Canciller alemán, ¿será mucho menos exigente de lo que han sido hasta ahora los alemanes con las políticas de austeridad que se han impuesto en la UE? Yo, sinceramente, no lo creo.

El título de esta entrada indica que los alemanes eligieron que los políticos lleguen a un consenso, la cuestión es cuándo. Sin duda, Alemania ha sido un ejemplo en este sentido ya que Merkel solo pudo gobernar en solitario uno de los cuatro periodos en los que fue Canciller, por lo que estoy seguro de que esta vez no será diferente. El caso es que Alemania debe seguir siendo el ejemplo de estabilidad en Europa para que la UE pueda seguir avanzando, y parece que la opción de Scholz es la que más apunta hacia dicha estabilidad.


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